RUTA “VÍA DE LA VEGA”2019-04-23T12:04:34+00:00

Ruta “Vía de La Vega”

Ruta “Vía de La Vega”

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La actividad agraria de Morata se fundamenta en su extensa y fértil Vega, que antaño fue conocida como la “Huerta de Madrid”, pues mediante el tren que la unía con la cercana capital, se mantenía un flujo que hacía a la localidad exportadora de algunos de los mejores productos que de la vega se extraían.

Tomates, cebollas, pimientos, lechugas, pepinos, ajos y todos aquellos productos que si proceden de la vega del Tajuña, garantizan una frescura y sabor difíciles de encontrar. La vega y los alrededores de Morata son también conocidos por sus olivares, de donde se extrae el 25% de la producción de aceituna de la Comunidad de Madrid.

En la actualidad y debido fundamentalmente a la mecanización del campo y a que para muchos agricultores no es su actividad principal, se cultivan,  entre otros, maíz, trigo, cebada, ajos, tomates, patatas, melones, pimientos, pepinos y lechuga.

Vegetación

El ecosistema  está muy condicionado por la actividad agraria, aunque con una importante biodiversidad natural. Se pueden diferenciar dos tipos de ecosistemas: el ligado al río y su vega, con bosques de ribera y regadíos y, otro de vegetación xerofítica, situada en las laderas del valle.

La vegetación próxima al río Tajuña se compone de flora ligada a zonas rocosas propias de acantilados y cortados de los márgenes de los ríos y de los cultivos agrícolas de regadío. Dentro de la primera, destaca el ailanto, álamos negros y blancos, taray, carrizo, nogales, zarzas, almendros, avellanos y olmos. En la segunda, destacan los cereales como el trigo, cebada y maíz, ajos, hortalizas y árboles frutales, entre los que destacan ciruelos, perales y manzanos.

En cuanto a la vegetación xerofítica podemos encontrar olivos, coscoja, encina, pino, esparto, retamas, tomillo y romero.

Fauna        

Encontramos una gran diversidad de fauna, conservada por las características agroecológicas del municipio.

Mamíferos: comadreja, conejo, erizo, musaraña, tejón, topo, zorro.

Aves: abejaruco, abubilla, alcaudón, autillo, codorniz, cuco, curruca estorninos, graja, grajilla, gorrión, jilguero, lechuza, mochuelo, mirlo, oropéndola, paloma, pollas de agua, sisón, tórtola, urraca, verderón.

Reptiles: culebras, lagartijas o salamanquesas.

Fuente  Flora y Fauna: “Diagnóstico participativo sobre la potencialidad de los recursos agrarios y sociales como elementos dinamizadores de procesos de desarrollo local sustentable en Morata de Tajuña.” Universidad Internacional de Andalucía, 2012. Daniel López García

Puntos de interés

De origen árabe es el sistema de riego de las vegas del Tajuña, y que aún perdura. Los campesinos musulmanes trabajaron el regadío, trazaron y construyeron todo el sistema de riego de los cultivos con sus acequias y caces, y así lo notifica en 1580 el Dr. Mejía, cura de Morata, en las Relaciones de los pueblos de España:

“Y ansí hay forma que el riego que agora hay en esta villa fuer ordenado y hecho como el presente está por los moros, más ha de cuatrocientos años”.

Fuente: Historia de la Villa De Morata de Tajuña

Jesús Antonio de la Torre Briceño

En el término de Morata de Tajuña llegaron a construirse hasta ocho presas con la finalidad de embalsar el agua en el cauce del río, elevando su nivel con el objetivo de derivarla mediante canalizaciones, con la finalidad de su aprovechamiento para regadío u otros cometidos. Varias de ellas las podemos ver en nuestro recorrido. Como la del Molino de la Huerta de Angulo, o El Taray.

Perfecto ejemplo de lo que fue el aprovechamiento de la fuerza motriz de las aguas del río Tajuña. Desde tiempo inmemorial los ingenios mecánicos para moler trigo y cebada y convertirlos en harina se utilizaron a lo largo de la ribera del Tajuña. Del tipo de Rodezno, es  el único molino del siglo XVIII perfectamente conservado en la Comunidad de Madrid. Además de contemplar las instalaciones del molino, que todavía funcionan, en el interior del edificio el visitante podrá hacer un interesante recorrido por la exposición dedicada al mundo de la molienda, así como al proceso de restauración de la maquinaria.

HORARIO DE APERTURA:

Sábados, domingos y festivos*. Entrada gratuita

Horario de verano (1 de abril a 31 de octubre): 11:30 a 14:30 h y de 16  a 19 h.

Horario de invierno (1 de noviembre a 31 de marzo): 11 a 15 h y de 16 a 18 h.

Aperturas especiales para grupos:

Contacto: 684 45 23 02 – 918730380

Mail: museodelamolineria@uniges3.net

Web: museodelamolineria.es

*El Museo permanecerá cerrado del 1 de julio a 15 de septiembre y del 15 de diciembre al 15 de enero.

Al pie de la carretera de Valdelaguna se encuentra en la actualidad una casa de labor, conocida como La Magdalena, que solamente recuerda haber sido una ermita por el porche situado a la entrada de la vivienda. El origen de esta edificación es medieval, cerrándose al culto en 1778; construyéndose una casa de labor aprovechando parte de su estructura.

Fuente: Historia de la Villa De Morata de Tajuña

Jesús Antonio de la Torre Briceño

Se sitúa en una ladera con pendiente suave próxima al camino. Su construcción data del último tercio del siglo XVIII o principios del XIX. Construido con un zócalo de piedra caliza y muro de tapial, es de forma circular constituido por dos anillos. Históricamente eran posesiones elitistas ya que su posesión constituía un privilegio que se reservaba a los señoríos feudales, constituyendo lo que se llamaba Derechos de palomar, muy codiciados en época medieval. Se construye dentro de las posesiones del Conde de Altamira, que estaban cercadas en esta zona de la vega; de ahí su nombre de Estacada.

Fuente: Historia de la Villa De Morata de Tajuña

Jesús Antonio de la Torre Briceño

La actual residencia de ancianos Isla Taray ha sido a lo largo de los últimos tres siglos un complejo industrial que se ha dedicado a varias actividades, desde un batán de paños, hasta una fábrica de papel, pasando por la producción de electricidad en los albores del siglo XX.

La existencia de molinos y batanes en las riberas del Tajuña está documentada, al menos, desde el siglo XI, pero incluso antes, durante la presencia de los árabes ya consta la existencia de aceñas en las riberas del Tajuña. Los molinos harineros, situados a lo largo del cauce del río Tajuña, fueron una de las industrias más antiguas de los pueblos ribereños de los ríos.

El principal molino que hubo en el término de Morata desde tiempo inmemorial era el situado en Isla del Taray. Era del tipo de molino de rodezno, como el que se puede ver en funcionamiento en Morata, en la Huerta de Angulo.

La importancia de este molino hizo que lo adquiriera el Marqués de Leganés y Conde de Altamira, señor de la villa, realizándose importantes obras en 1660.

El Molino del Taray se reconvirtió a principios del siglo XVIII en Batán, iniciando esta actividad que perduró hasta mediados del siglo XIX. A partir de estas fechas funcionaría como fábrica de papel y cartón y, posteriormente como fábrica de papel continuo cuyo principal cliente fueron las empresas periodísticas, llegando a tener una producción anual de un millón de kilos de papel, empleando a unos 150 obreros entre hombres y mujeres.

También se constata que en la Isla Taray se producía luz eléctrica. Esta actividad del complejo industrial ya estaba asociada a las instalaciones desde el comienzo del siglo XX. De hecho, junto a la luz que se producía en el molino de la Huerta de Angulo, el abastecimiento de Morata también procedía del viejo batán desde finales del siglo XIX y así lo publicaba El Imparcial el 13 de junio de 1898:

“En Morata de Tajuña se ha inaugurado el alumbrado eléctrico. El vecindario festejó la mejora con músicas, bailes públicos y otros regocijos.”

 En la segunda década del siglo XX, fue la empresa Marín Hermanos la que se hizo cargo de las instalaciones con el objetivo de elaborar borra y regenerados de algodón. Esta actividad duró hasta 1975.

Tras años de declive y abandono, con el progresivo deterioro de las instalaciones, el espacio de Isla Taray acogió un taller de cerámica y, definitivamente, la residencia de ancianos promovida por el padre Ángel y Mensajeros de la Paz que se inauguró en el año 1988 y que ha impedido que estos edificios, tan ligados a la historia de Morata, desparecieran del patrimonio local.

Fuentes:
-Historia de la Villa de Morata de Tajuña. Jesús Antonio de La Torre Briceño
-Documentos Históricos de Morata de Tajuña. “El Batán de Paños de Morata, trescientos años de historia”. Agustín Miranzo Sánchez-Bravo