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GUERRA DE TRINCHERAS2019-01-14T12:47:27+00:00

Descripción del proyecto

Guerra de Trincheras

Tras la batalla del Jarama, los dos bandos comenzaron una labor fortificadora con el objetivo de prevenirse ante un posible ataque enemigo que se extendería hasta el final de la contienda. En el bando republicano, la tendencia imperante fue la de establecer grandes líneas de trincheras que conectaban la primera línea con sucesivos niveles defensivos, en una práctica que tenía su origen en la I Guerra Mundial. Estos niveles defensivos solían tener una disposición lineal, en la que todas las defensas apuntaban en la misma dirección.

El primer nivel defensivo era la denominada “primera línea”. Tras las alambradas y los puestos de escucha —desde donde los soldados de guardia intentaban detectar por la noche cualquier ruido que anunciara un posible ataque— se encontraban los atrincheramientos o los puestos de tirador, desde los que los defensores intentaban repeler el asalto de quienes hubieran conseguido superar las alambradas.

Tras la primera línea se encontraba la “línea de sostenes”. En este segundo nivel se encontraban tropas de reserva, que podían apoyar a las de la primera línea en caso de encontrarse en dificultades. Se tendía a conectar estas dos líneas mediante caminos cubiertos, aunque a veces se daba el caso de un escalonamiento absoluto entre ambas líneas, de forma que la línea de sostenes fuera un cinturón aislado que los atacantes debían tomar una vez superada la primera línea.

Y cuando los medios lo permitían, se establecía un tercer nivel defensivo denominado “línea de detención”. Aquí se situaban los medios de último recurso con los que cerrar una posible penetración, incluyendo artillería.

A estas estructuras más o menos habituales se añadían otras en función del terreno y los medios al alcance, como voladuras preparadas, campos de minas, zanjas anticarro, etcétera.

El bando sublevado excavó mucho menos y de forma muy distinta: la forma de estructurar la defensa se realizaba en profundidad, mediante islotes de resistencia que pudieran hacer fuego en todas direcciones, batiendo con fuego cruzado al enemigo que se adentraba en la maraña de islotes. Otra ventaja de esta estructura defensiva con respecto a la disposición lineal era que se minimizaban los efectos producidos por las explosiones de los proyectiles de la artillería y la aviación. Aunque en Morata de Tajuña se da la paradoja de que en algunos lugares como los olivares de Cueva Blanca y La Solana, la cercanía del enemigo hizo que tuvieran que disponer también de una defensa lineal en oposición a las líneas contrarias para evitar infiltraciones enemigas.

El conjunto de fortificaciones que podemos ver en la ruta “Los Secretos de la Via Verde” (Elemento 4), formaba parte del despliegue de una posición en la retaguardia de la 1ª línea republicana, o “línea de sostenes”, compuesta por cinco “puestos de escuadra” para fusilería, que se complementaban con pequeños fortines cuadrados para armas automáticas. Se encuentran en mal estado de conservación, con las cubiertas desaparecidas, pero se puede apreciar muy bien su estructura. Los lienzos frontales, con las aspilleras para los fusileros en los puestos de escuadra y la tronera para la ametralladora en los nidos. Se conserva también parcialmente la red de trincheras que servía para comunicar la retaguardia con estas fortificaciones.

Fuente: Asociación Tajar

Guerra de Trincheras
Guerra de Trincheras

Trincheras

Las trincheras eran zanjas excavadas en el terreno para ocultar a los soldados de la vista del enemigo y que al mismo tiempo pudieran hacer fuego desde ellas. Frecuentemente se excavaban con forma de zig-zag para facilitar la protección de los soldados ante una explosión o el ataque de la aviación.  Un ejemplo típico de este tipo de fortificaciones lo podemos apreciar en la ruta “Los Secretos de la Via Verde” (Elemento 5). Esta trinchera se enfrentaba a las posiciones franquistas de la desaparecida Casa de la Radio, enclave muy importante en la batalla del Jarama. En los alrededores de esta casa  se produjeron durísimos combates entre los días 15 y 17 de febrero de 1937 entre la XI Brigada Internacional por parte republicana, y la V Bandera de la Legión y la Bandera de Falange de Castilla por parte franquista, llegando dichos combates el día 16 hasta la propia vía del ferrocarril, aunque tuvieron que replegarse finalmente las tropas sublevadas hasta los alrededores de la Casa de la Radio, quedando establecidas estas posiciones hasta el final de la guerra.

Guerra de Trincheras
Guerra de Trincheras

La Casa de la Radio

Construida en torno al año 1923, la Casa de la Radio era la Estación Receptora de Morata de Tajuña y pertenecía a la Red Radiotelegráfica Militar. Permitía las comunicaciones entre las diferentes estaciones repartidas por toda la geografía nacional, además de las ubicadas en el Sáhara, Golfo de Guinea, Sudamérica y Alaska.

Durante la batalla del Jarama el ejército republicano utilizó este edificio como puesto de observación y puesto de mando avanzado. De esta manera se convirtió en objetivo de la artillería del ejército sublevado, quedando prácticamente destruida tras la batalla. La demolición definitiva de sus restos se produjo a principios de los años 80.

Fuentes: Asociación Tajar

Cuenca Junyent, Javier, Historia de la Casa de la Radio, Editorial Manuscritos, Morata de Tajuña, 2015).

Guerra de Trincheras
Cueva Guerra Civil
Cueva Guerra Civil

Caminos Cubiertos

En este sector del frente –Elemento 6 de la ruta “Los Secretos de la Vía Verde”-  se excavaron grandes zanjas que servían para comunicar la retaguardia de la 1ª línea con la primera línea de combate.

A través de estos caminos se suministraba a la 1ª línea alimentos o munición, además de ser la vía de evacuación o de llegada de tropas de refuerzo ante un eventual ataque. De esta manera los soldados podían moverse de un lado a otro sin ser vistos.

Este camino es una de las obras más impresionantes que se pueden ver en el frente del Jarama. Conectaba las posiciones republicanas de El Milano con el cerro de las Canas. En esta zona, los suministros llegaban al frente desde Morata de Tajuña. Actualmente se conserva aproximadamente un kilómetro de longitud.

Guerra de Trincheras
Cueva Guerra Civil
Cueva Guerra Civil

Nidos de ametralladora/2ª Línea de defensa del Jarama

Ante el peligro de una nueva ofensiva franquista por el llano de Arganda y el valle del Tajuña, el bando republicano inició la construcción en 1938 de una 2ª línea de defesa entre Morata y Arganda del Rey. La base principal la componían 93 nidos de ametralladora de hormigón armado como el que podemos apreciar –Elemento 7 de la ruta “Los Secretos de la Vía Verde”-  y unos 500 “puestos de escuadra” blindados, similares a los que podemos ver en el tramo que se dirige a Arganda (Elemento 4). Además se construyeron una extensa red de atrincheramientos y refugios para la tropa.

Esta fortificación está hecha enteramente de hormigón reforzado con varilla metálica. Cuenta con una tronera frontal para ametralladora, un acceso posterior y dos aspilleras laterales. Es un modelo estándar del Ejército republicano ampliamente extendido en el frente del Jarama.

Para su construcción se empleaban aproximadamente 180 sacos de cemento, 19 m3 de arena, 41 m3 de grava y la armadura que reforzaba el hormigón, junto con la madera que se empleaba para encofrarlo. La obra podía llevar entre una y tres semanas, dependiendo de las condiciones de humedad, temperatura y calidad del cemento. Su estructura era capaz de resistir varios impactos de artillería de campaña.

Fuente: Asociación Tajar

Guerra de Trincheras
Cueva Guerra Civil
Cueva Guerra Civil

Cuevas

En el frente del Jarama, aprovechando la estructura y características del terreno, fue habitual la excavación de cuevas, desde pequeños refugios individuales hasta grandes cuevas (como la que podemos ver en la ruta “Los Secretos de la Via Verde”. Elemento 8) y túneles que permitían albergar a escuadras o pelotones completos, la instalación de puestos de mando, puestos sanitarios, almacenes, etc.

Estas excavaciones, por un lado, permitían ocultar a la tropa de la vista del enemigo y ofrecían una buena protección en caso de bombardeo, y por otro, ofrecían cierto grado de confort a los soldados que permanecían en ellas. Estas cuevas suelen presentar habitualmente muchos elementos comunes, como la existencia de pequeños huecos para apoyar el equipo de campaña u objetos personales o de chimeneas para la salida de humos.

Tras la Guerra Civil, este tipo de cuevas han tenido varios usos. Uno de ellos, y muy importante, fue el cultivo de champiñón, llevándose a cabo hasta mediados de los años ochenta del siglo XX.

Guerra de Trincheras
Cueva Guerra Civil
Cueva Guerra Civil